Está ubicado en un lugar encantador, junto a la plaza de los artistas. El local es muy acogedor, con posibilidad de sentarte en terraza exterior, en el interior, y en terraza interior con varios espacios separados, con bonita decoración.
La comida está muy bien elaborada, a un precio muy asequible, teniendo en cuenta que estamos en París. Y ahora viene lo mejor, el servicio. Te sirven grandes profesionales, de esos de los que uno ya no se acuerda cuándo vio el último. Pendientes de todo. No hace falta que les pidas las cosas, se dan cuenta ellos mismos. Le vieron a un familiar que intentaba quitar algo del cognac flambeado de un plato de carne, porque le pareció que estaba algo fuerte de sabor para su gusto. Apareció de inmediato Radex, se llevó el plato a cocina y lo flambeó un poco más. En un local de estrellas michelín eso es normal, no en todos. Pero en uno más asequible como este es increíble. Y todo sin que sientas que están ahí, con discreción. Gracias, Radex, por tu enorme amabilidad y profesionalidad. Volveré.
Todo estuvo genial! El restaurante está muy bien cuidado y la decoración es bonita. La comida buenísima, en relación calidad-precio me parece genial. El trato y la atención al cliente es excelente. Lo recomiendo muchísimo.